Carne de Cañón

Cuando Jorge Acuña, un jornalero de 28 años del barrio Santa Inés, se dio cuenta que le robaron su bicicleta, no fue lo peor que le tocó vivir ese día. Como corresponde en estos casos Jorge se dirigió hacia la comisaría de su barrio, la seccional sexta a erradicar la denuncia.
Que los policías lo hayan echado de la comisaría, sin tomarle la denuncia, diciéndole que se “dejara de joder”, tampoco fue lo peor que le pasó ese día.
Que mas tarde los policías de esa seccional lo hayan encontrado en soberanía y calle 8, lo tiraran al piso, lo patearan, lo esposaran y lo llevaran a la comisaría, tampoco fue lo peor, para Jorge, lo peor recién empezaba.
I
Jorge fue golpeado, torturado física y síquicamente, y amenazado de muerte tanto en la seccional sexta, como en sanidad policial. Fue detenido sin motivo aparente, y liberado sin cumplir los procedimientos.
Jorge apenas había nacido durante la última dictadura militar. A Jorge le tocó vivir esto el sábado pasado por la mañana, después de 30 años de democracia.
Que las prácticas más repulsivas y aberrantes de la época mas oscura y dolorosa del país sigan vigentes tampoco es lo peor. Lo más grave es que estos hechos son cotidianos, y están naturalizados, y solo pocos jóvenes se atreven a hacer las denuncias.
II
Pero el caso de Jorge tiene una particularidad, puede convertirse en un caso testigo, un precedente. Jorge no solo cuenta con un informe médico realizado en la guardia del Hospital Perrando, sino también con testigos, uno que estuvo detenido en las mismas circunstancias que él y presenció la sesión de torturas y vejaciones, el otro es el mismo subsecretario de Derechos Humanos ,Carlos Martínez, quien lo asistió luego de ser liberado. También sabe con nombre, apellido y rango, quienes lo golpearon y puede identificarlos. Además de las denuncias penales realizadas en la fiscalía Nº 6, Martínez presentará todas las documentaciones en la subsecretaría de seguridad. Por la cantidad y calidad de pruebas Martínez entiende que se está en condiciones de separar de sancionar y separar de sus cargos a los responsables del hecho.

III
Una vez en la comisaría a Jorge lo metieron en una celda solo, lo desnudaron y mientras un policía lo ahorcaba otros tres le propiciaban golpes por todo el torso. Esta sesión duro 10 minutos. Después de una hora lo trasladaron hacia Sanidad Policial. Si Jorge pensaba que podía contar con este órgano de seguridad para comprobar los abusos sufridos estaba equivocado. A pesar de mostrar marcas evidentes y de estar ensangrentado, los policías con tono burlón le preguntaban si estaba lastimado.
En este mismo lugar, uno de los policías saca un arma reglamentaria, se lo apoya en la cabeza y lo amenaza de muerte “la próxima vez te mato” aseguró.
IV
Mientras todo esto sucedía, ante la ausencia de horas, la madre de Jorge emprende su búsqueda, llama a la comisaría donde le informan que su hijo estaba detenido por desacato a la autoridad y agresión a un policía. Por esto se pone en contacto con Carlos Martínez y juntos van a la comisaría, Jorge estaba todavía en Sanidad, y lo esperaron en ahí. . Pero en vez de liberarlo en la comisaría lo tiraron en la Terminal de Ómnibus. Jorge volvió a su casa golpeado, mancillado, torturado. Así lo vio su madre y el subsecretario de derechos humanos.


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